martes, 14 de diciembre de 2010

Resumen de la fiesta del chivo

La obra se ambienta en República Dominicana, que cuenta el asesinato del dictador de República Dominicana, Trujillo y las consecuencias de su régimen.

En la novela podemos notar tres historias que se entrelazan  entre sí.La primera referida al retorno de Estados Unidos de Urania Cabral después de 35 años de haberse ido de República Dominica, para visitar a su padre enfermo y a darnos a conocer las experiencias que vivió durante su adolescencia. La segunda se enfoca en el último día de vida del dictador Trujillo. La tercera describe a los asesinos de Trujillo, y nos muestra como muchos de estos son allegados al dictador.

La obra empieza con la llegada de Urania Cabral, que era hija de Agustin Cabral, apodado cerebrito Cabral, que era un ex funcionario del gobierno de Trujillo, que decide regresar luego de haber pasado 35 años en EEUU desde que tenía 14 años. Urania se había convertido en una abogada que trabajaba en Nueva Cork. Camino a la casa de su padre con quien no había mantenido ningún tipo de relación desde que se fue, recuerda su infancia, la época en que estudiaba en el Colegio Santo Domingo.

Trujillo, gobernó  República Dominicana por 31 años y su  mandato era conocido como la era de Trujillo. Algunoa hechos destacados de su gobierno: sus hermanos tenían puestos en el gobierno; Ciudad Trujillo era el nombre de la capital durante su mandato; tenía graves problemas con la Iglesia después de un levantamiento que surgió el 14 de junio de 1959.
El martes 30 de mayo de 1961, Salvador Estrella Sadhalá, conocido como el Turco, Amadito, Antonio de la Maza y Antonio Imbert esperaban el coche en donde venía Trujillo para emboscarlo y asesinar a Trujillo, conocido como el chivo, el jefe, el benefactor, el generalísimo o el dictador. El Turco, pese a ser católico convencido y dedicado, justificaba sus intenciones homicidas como un tiranicidio, que según un obispo italiano, basándose en Santo Tomás de Aquino, permitía el tiranicidio cuando la persona en cuestión, era la Bestia misma que sometía a un pueblo entero. El turco apoyaba al grupo subversivo del 14 de junio. Por su parte, Amadito era militar del gobierno de Trujillo. Amadito tenía razones de sobra para querer asesinar a Trujillo. En una ocasión conoció a Lucía Gil, de la cual se enamoró y deseaba casarse con ella, sin embargo, sus superiores no le dieron autorización para hacerlo porque el hermano de ella había participado en el grupo del 14 de junio, así que el mismo Trujillo le advirtió que no podían unirse amigos con enemigos. Amadito fue  ascendido a teniente, después, lo llevaron a tomar unas copas y conoció a Johny Abbes García y algunos más del SIM. Luego, se subió a un jeep que llevaba un prisionero. A Amadito le pidieron que lo ejecutara, Abbes le dijo, después de haber echado el cadáver a los tiburones, que la persona que había matado era el hermano de Lucía.
Por otro lado, Urania sube a ver a su padre, que no puede hablar a raíz de la embolia, pero entiende y escucha todo con claridad. Una enfermera, pagada por Urania, lo cuida todo el día. Urania, inmediatamente comienza a recriminarle cosas de la Era de Trujillo, le recuerda cuando estuvo trabajando con el Jefe y cuando éste, por alguna razón que nunca conoció, lo sacó de su gabinete. Cuánto sufrió el senador Cabral y cuánto hizo para recuperar, como fuera, la confianza del Jefe, él, quien había trabajado toda su vida para Trujillo, estaba desamparado. Urania le recrimina haber sido un perro fiel de Trujillo, asimismo le preguntaba a su padre si el Jefe se había acostado con su madre, así como lo hacía con las mujeres de muchos servidores suyos.
Johny Abbes,con una inteligencia sagaz y una capacidad para inventar las torturas más crueles, comenzó a trabajar con Trujillo después de que estuvo un tiempo en México como espía bajo la fachada de estudiante. Navajita era el antiguo director del SIM, pero cuando Trujillo conoció los métodos, gustos y crueldad de Abbes, lo nombró director del SIM. Abbes le era completamente fiel al Generalísimo, lo protegía y capturaba, asesinaba o desaparecía a todo aquel que estuviera en contra del Jefe.
Abbes libraba al régimen de sus enemigos, pues se las ingeniaba para trabar contactos, con ciudades que apenas conocía y con bajos fondos, pero el utilizaba pistoleros, matones, traficantes, prostitutas, ladronzuelos, que siempre intervenían en esas operaciones de nota roja, que hacía las delicias de la prensa sensacionalista.
Posteriormnete, un volkswagen utilizado por los caliés (policías) del SIM, se acercó a la camioneta, donde iban los conspiradores contra Trujillo. Afortunadamente éste, pertenecía a Miguel Ángel Báez Díaz, otro colaborador de Trujillo que también estaba involucrado en la conjura, quien les avisaba que el Chivo no tardaría en pasar por allí rumbo a su hacienda en San Cristóbal.
Entre todos, Antonio de la Maza era el más afectado por Trujillo, pues le destruyó su honor, su dignidad, sus sueños, su familia, su salud, su voluntad, todo. Él se había jurado a sí mismo, hace 4 años, matar a Trujillo por haber asesinado a su hermano menor Tavito. Los problemas surgieron porque Jesús de Galíndez resultó ser agente de la CIA, lo cual implicaba gravemente a Trujillo por haberlo secuestrado, así que éste, para librarse del asunto, mandó matar a Murphy, el piloto estadounidense que llevaba a Galíndez y gran amigo de Tavito, y posteriormente, mandó matar a Tavito, haciéndolo parecer un suicidio y a quien inculpó del asesinato de Murphy basándose en un escándalo homosexual.
Por otro lado, Urania, le recuerda a su padre, los hijos de Trujillo: el galán de Ramfis, el mayor y primogénito, de quien se esperaba que fuera el sucesor de su padre, pero no fue más que un mujeriego, desequilibrado y gastador; Radhamés, el más feo y tonto, y Angelita.
Los conspiradores continúan esperando a Trujillo en la carretera.Las expectativas al eliminar a Trujillo eran altas, pensaban que todo marcharía bien, pues José René Román, jefe de las Fuerzas Armadas, llevaría a cabo un Golpe de Estado en cuanto viera el cadáver del Chivo. El principal objetivo, era liberar al país, después de las redadas masivas de enero de 1960, en que cayeron tantos jóvenes del Movimiento del 14 de junio. La ruptura de Trujillo con su antiguo cómplice, la Iglesia católica a partir de la Carta Pastoral de los obispos denunciando a la dictadura. El atentado contra el Presidente Betancourt de Venezuela en junio de 1960, que movilizó contra Trujillo a tantos países, incluido su gran aliado de siempre, los Estados Unidos, que, el 6 de agosto de 1960, en la Conferencia de Costa Rica, votaron a favor de sanciones económicas.
Hace 25 años todos creían en el Chivo era el salvador de la Patria, el que acabó con las guerras de caudillos, con el peligro de una nueva invasión haitiana, el que puso fin a la dependencia humillante de los Estados Unidos y que, a las buenas o a las malas, llevó al gobierno a las cabezas del país. Ahora era distinto, la gente ya sabía que estaban bajo un régimen dictatorial y corrupto, pues Trujillo les había arrebatado el libre albedrío a todos hace ya 31 años.
La prima de Urania, Lucinda, fue a casa de su tío y se alegró de ver a Urania, después de 35 años de no haberla visto, estaba muy sorprendida y le reprochaba el no haber escrito nunca. En esos momentos, Urania recuerda cuando fue enviada con beca a  Estados Unidos, a una escuela de monjas poco antes del asesinato de Trujillo, y a la única persona que escribía era a sister Mary, quien le ayudó a conseguir la beca y conoció su secreto. Lucinda le contó a Urania que tras la muerte del Chivo, Abbes encarceló a su padre creyendo que él había conspirado, junto con Antonio de la Maza y compañía, pero el senador Cabral amaba e idolatraba el régimen trujillista, por ello, cuando fue excluido del grupo, Cerebrito sufrió mucho. Estuvo encarcelado hasta que Balaguer decidió sacarlo ofreciéndole un puestesillo. Su fortuna desapareció rápido, abrieron varios juicios en su contra por haber sido colaborador de Trujillo, pero nunca lo hallaron culpable. Si no fuera por la pensión que urania enviaba, hubiera tenido que vivir en un asilo de ancianos. Por su aprte, Urania estudió en harvard derecho y después trabajó para el Banco Mundial.
En una reunión social con Trujillo, asistió Simon Gittleman, gran amigo del Jefe. Allí comentaron que Cerebrito Cabral había caído de la gracia del Benefactor porque éste estaba poniendo a prueba su fidelidad y entrega, así como para probarle que todo lo que tenía y todo lo que era se lo debía a Él. Esto se lo hacía con frecuencia a sus colaboradores, pues desconfiaba de todos, pero después, los volvía a cobijar.
Simon Gittleman le pregunta a Trujillo cuál ha sido el mayor reto de su gobierno, éste contesta que fue la invasión haitiana, la matanza injusta y cruel de muchos haitianos para salvar a la República Dominicana de los negros.
Luego, de una larga espera, pasó el coche de Trujillo y la persecución inició. Los conspiradores iban en un coche, adquirido especialmente para este día. Los que interceptarían el coche del Chivo no lo hicieron, pero éstos después pasaron en donde se daba la balacera, y en la confusión de que podían ser calies, les dispararon a sus hombres, hiriendo a Pedro Livio. El Chivo había muerto, lo habían logrado y ahora tenían que ir con Pupo Román para que iniciara el Golpe.

En casa de la tía Adelina, no faltaron los reproches para Urania. Recordaron cuando comenzó al desgracia de su padre. Una mañana, salió en el periódico una carta en contra de Cerebrito Cabral, denunciando desvío de fondos públicos cuando éste era Ministro de Obras Públicas. Cerebrito no comprendía por qué lo inculpaban y creía que podrían ser Chirinos o Abbes, los que conspiraban en su contra. Los calies lo seguían por todas partes, sus cuentas bancarias fueron congeladas y nadie lo recibía porque era un apestado. La única esperanza que le quedaba para socavar dicha situación era hablar con uno de los mejores amigos de Trujillo, Manuel Alfonso, un ex modelo de Colgate que vestía a la moda al Jefe y le llevaba mujeres para el placer del Benefactor.
La tía Adelina le reprocha a Urania haber abandonado a su padre, sin escribirle una sola carta o venir a visitarlo aún cuando enfermó gravemente. Urania sólo dice que su padre era un hombre malo y que el dinero que le envió para sus estudios, lo hizo para tratar de comprarla.

Pedro Livio, resultó herido por error durante la balacera. Cuando todo terminó, pusieron el cadáver de Trujillo en la cajuela y a Pedro Livio lo subieron al coche para llevarlo con un doctor. Dada su condición, lo llevaron al hospital. Después de poco tiempo, apareció Johny Abbes, quien interrogaba al herido a base de apagar cigarrillo en su cara para averiguar quienes estaban involucrados en el complot. Pedro Livio denunció a Antonio Imbert, Antonio de la Maza, a Pupo Román y al propio Balaguer. Esto desconcertó en sobremedida a Abbes y a los calies presentes. El jefe del SIM ordenó cerrar las carreteras e iniciar la cacería de traidores. Asimismo, Abbes deseaba saber el paradero del cuerpo de Trujillo y Livio le indicó que lo llevaban para enseñárselo a Pupo Román.

Urania continúa relatando la razón por la cual ha dicho que su padre es un hombre malvado y vil. Cuando Cerebrito Cabral se entrevistó con Manuel Alfonso, amigo de Trujillo, le dijo que hablaría con el Jefe de su caso. Después de haber hablado con el Generalísimo, Manuel Alfonso fue a casa de Cerebrito para contarle sobre su entrevista, y al ver a Urania se le ocurrió que ella podría acostarse con Trujillo, como ofrecimiento de su ser más preciado al Benefactor para que éste lo perdonara y comprendiera, con este acto de generosidad y entrega, la lealtad que le tiene y ha tenido siempre.
Al día siguiente, el padre de Urania le propuso a su hija asistir a una “fiesta”  al rancho de Trujillo en San Cristóbal, y Urania, quien confiaba ciegamente en su padre, creyó que accediendo, sería la mejor manera de ayudar a su pobre padre de la desgracia.

La noche en que iban a matar a Trujillo,se dirigía a su casa en San Cristóbal para encontrarse con una joven de 17 años. Allí le solicitó a Abbes García averiguar el responsable de haber retenido el permiso de salida de Urania Cabral. Luego, subió a su coche en compañía de Pupo Román para reprenderlo por las malas y poco sanitarias condiciones en las que tenía las Fuerzas Armadas, humillándolo y abandonándolo en medio de la carretera. Finalmente, rumbo a su rancho en San Cristóbal, se detuvo en casa de una antigua amante, pero como ésta decía estar en su regla, Trujillo, asqueado, se marchó con rumbo definido a San Cristóbal. Pronto fue emboscado por sus verdugos que lo esperaban en la carretera.

Antonio de la Maza, el Turco y Juan Tomás Díaz, esperaban que Pupo Román, junto con las Fuerzas Armadas, llevar a cabo el Golpe de Estado, pero conscientes de que éste los había traicionado, determinaron que debían esconderse de Abbes o morir en plena lucha. Antonio de la Maza sugería ir al Palacio Municipal y morir luchando, pero nadie lo apoyó y determinaron esconderse en casa de un médico apolítico, hermano de otro conspirador que residía en Estados Unidos. Éste les dio asilo en su tapanco y Antonio de la Maza se lamentaba de estar oculto en lugar de luchar. Finalmente, decidieron marcharse porque ponían en peligro la vida del doctor que los refugió y de su esposa embarazada, así que Estrella Sadhalá se marchó al tercer día, durante el atardecer y De la Maza y Juan Tomás tomaron un taxi sin rumbo, pero pronto fueron descubiertos por los calies y murieron durante una balacera en el parque. 
Salvador Estrella Sadhalá, el Turco, se entregó  cuando le informaron que los calies habían irrumpido en su casa y arrestado a su esposa. Lo llevaron a la casa en la colina, donde sufrió torturas semejantes a las de Pupo Román. En la celda, estuvo acompañado por Modesto Díaz, hermano de Juan Tomás, Pedro Livio, Fifí pastoriza, Huáscar Tejeda y Tunti Cáceres, sobrinito de Antonio de la Maza. Durante 3 meses estuvieron presos en la Victoria. Cuando pensaban que ya no saldrían vivos de allí, llegaron las esperanzas, pues en los periódicos salía que Estados Unidos y Venezuela exigían juicios justos para los presos políticos, así como diversas protestas de Derechos Humanos.
Durante su encierro, se enteraron que Antonio de la Maza y Juan Tomás habían muerto luchando y que el padre de Antonio estaba muy orgulloso de su hijo de que así lo hubiera hecho. Sin embargo, el Turco sufrió mucho cuando su padre lo negó y lo culpó de traición cuando éste fue a verlo a la cárcel en compañía de Ramfis Trujillo, no obstante, rezaba constantemente, como era su costumbre, pidiéndole a Dios por su esposa y sus hijos.
Un día, decidieron llevar a los presos al palacio de Justicia con el pretexto de que reconstruirían los hechos del crimen para ser enjuiciados debidamente, sin embargo, tanto el Turco como Modesto Díaz, sabían que dicha salida extraordinaria era para matarlos. El director de la cárcel Victoria los escoltaba junto con otros 3 soldados jóvenes nerviosos por custodiar presos tan importantes. Al llegar a un punto solitario de la carretera, el director de la cárcel asesinó a los tres soldados. Primero acribillaron a Pedro Livio, a Tunti Cáceres y a Modesto Díaz.
Cuando el doctor Balaguer recibió la llamada de Pupo Román para reunirse en el cuartel de las Fuerzas Armadas, comprendió qué estaba pasando y previendo un Golpe de Estado, se negó a ir al cuartel. Pensó que Pupo Román se había alentado y no actuaba convenientemente, así que le correspondía ahora a él llevar a cabo una transición democrática para evitar una invasión de los marines, o una desestabilización fuerte de poder. El presidente fantoche, hábil y educadamente tomaba acciones. Primero cito a la familia Trujillo y Abbes García en su oficina para discutir lo que iba a ocurrir ahora. Abbes reclamó que Balaguer no debía ser presidente y sugirió que entrara alguien de la familia en su lugar, pero dado que Ramfis todavía no llegaba de París, la Prestante Dama apoyó a Balaguer. Cuando Ramfis regresó a República Dominicana, acordó con Balaguer que él seguiría como presidente para no provocar una invasión de los gringos, pero entre tanto, Ramfis se encargaría de encontrar a los asesinos de su padre y vengar su muerte. Por otro lado, Balaguer también aseguró su permanencia en el poder sobornando a la viuda de Trujillo, quien era avara y confiaba en el presidente fantoche porque éste se encargó de transferir altas sumas de dinero a sus cuentas en el extranjero.
Balaguer mejoró las relaciones con el clero y pidió una disculpa formal al sacerdote Reilly, quien fue secuestrado y torturado por Johny Abbes después del asesinato de Trujillo. Asimismo, mejoró al relaciones con Estados Unidos, quienes apoyaban este nuevo gobierno, no obstante, todavía no estaba libre de sanciones, las cuales serían erradicadas cuando República Dominicana demostrara ser democrático. Después de 4 meses, cuando parecía que el país se desmoronaría tras la muerte del Benefactor, surgieron varios grupos de oposición, entre ellos, los del movimiento del 14 de junio. Se manifestaban en las calles, retiraban monumentos y estatuas de la familia Trujillo. Balaguer cambió los nombres de muchas calles que estaban bautizadas con nombres de la familia del Chivo, así como regresar a la capital su nombre original: Santo Domingo en lugar de Ciudad Trujillo. Los que más lo acosaban eran los de derechos humanos, quienes pedían y exigían juicios justos para los presos políticos. El cónsul estadounidense le precisó a Balaguer que para eliminar las sanciones políticas impuestas por la OEA era necesario que no quedaran vestigios de Trujillo, y por tanto, debían marcharse al extranjero toda la familia. El cónsul estadounidense le confirmó a Balaguer que Kennedy estaba preparado para enviar barcos a República Dominicana si se presentaba un Golpe de Estado. El día en que la familia Trujillo asesinó a los culpables de manera clandestina, los hermanos de Trujillo irrumpieron en la oficina de Balaguer con armas, exigiendo que éste dejara el poder, sin embargo, Balaguer les enseñó por la ventana los buques norteamericanos y les ofreció unos cuantos millones de dólares para solucionar el conflicto y su exilio de la manera más pacífica. El cónsul Calvin Hill compareció de inmediato, encantado de que las cosas se arreglaran con buena voluntad y sin derramamiento de sangre. Balaguer estaba preocupado por el asesinato de los presos políticos pero pensó que habría tal explosión de exultación y alegría con la partida de los Trujillo que poca gente recordaría el asesinato de los 6 prisioneros cuyos cadáveres jamás aparecerían. Al padre de Urania, el senador Cabral, lo sacó de la cárcel, pues Abbes lo había aprehendido por pensar que también estaría involucrado en el complot, y le ofreció un puesto de asesoría jurídica. A Johny Abbes le pidió su renuncia, pues tendría muchos enemigos que lo buscarían para eliminarlo, y lo envió a Japón de embajador.
Finalmnete la obra concluye cuando, Urania continúa narrando la historia que la hizo marcharse de República Dominicana. Manuel Alfonso fue a recogerla a su casa. Su padre sugirió que si nos se sentía cómoda en ir, podría negarse, pero ella, confiando que su presencia en la fiesta del Generalísimo sería de gran ayuda para su padre y sin sospechar las verdaderas intenciones, accedió a ir. Cerebrito no podía mirarla a los ojos cuando Urania se fue. Durante el camino a San Cristóbal, Manuel Alfonso comentaba que Trujillo era muy gentil con las muchachas y que debería de sentirse privilegiada de poder estar en presencia de Su Excelencia.
Al llegar a casa del Chivo, cayó en razón de que no había ninguna fiesta y de que tendría que pasar la noche con el Benefactor. Urania tenía tan sólo 14 años y Trujillo era mayor de 70. Ella tuvo que someterse a los caprichos de Trujillo, quien no pudo tener sexo con ella porque no podía en ese momento, así que enfadado por su impotencia, la obligó a besarlo y después la violó con sus manos, gritándole cosas horribles que la hacían pensar que la mataría. Afortunadamente, Trujillo la corrió de su casa y un chofer la llevó al convento de Santo Domingo, en donde sister Mary puso todo en marcha para que ella no tuviera que regresar a casa de su padre y pudiera marcharse a los Estados Unidos a estudiar, becada por las monjas. Desde entonces, no ha podido estar con ningún otro hombre, todos le producen asco. La tía Adelina estaba asombrada por el relato y le pedía a su sobrina que perdonara a su padre, que dejara de vivir en el odio y tuviera una actitud cristiana hacia el viejo. Urania siente que se ha quitado un peso de encima, pues desde sister Mary no había contado dicha historia, pero ahora sólo deseaba marcharse a Nueva York, volver a trabajar arduamente para no recordar y olvidar lo peor de la dictadura de Trujillo, más conocido como el chivo.